«Disponemos de entre 10 y 15 años para transferir las grabaciones audiovisuales disponibles a soportes digitales y evitar su pérdida. Debemos unir nuestros esfuerzos para modificar esta situación, ya que la comprensión y el uso compartido de esta historia reciente revisten una importancia capital no solo para las cuestiones de pertenencia e identidad, sino también para entender mejor las relaciones y los desafíos de las sociedades contemporáneas.»Mensaje de Irina Bokova,
Directora General de la UNESCO,
con motivo del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual
27 de octubre de 2015
Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz, en una conferencia de prensa en 1985 después de dirigirse a la Comisión Política Especial donde denunció el régimen del Apartheid en Sudáfrica. ONU/Yutaka Nagata
Los documentos audiovisuales —tales como las películas, los programas de radio y televisión, y las grabaciones de audio y video— son patrimonio de todos y contienen información clave de los siglos XX y XXI, que forma parte de nuestra historia e identidad cultural.
Las tecnologías de sonido e imagen ofrecieron nuevas vías para compartir el conocimiento y expresar la creatividad. Además, derribaron muchas de las barreras culturales, sociales y lingüísticas que impedían la difusión de la información, como el idioma o el grado de alfabetización. Los documentos audiovisuales transformaron la sociedad y pasaron a complementar a los escritos. Pero desde la invención de la industria audiovisual, incontables producciones de gran valor histórico y cultural han desaparecido.
Por este motivo, la UNESCO aprobó en 2005 la celebración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, como mecanismo para concienciar al público sobre la necesidad de tomar medidas urgentes y reconocer la importancia de este tipo de documentos. En esta línea, el Programa Memoria del Mundotambién impulsa la valiosa labor de los profesionales que se dedican a la preservación y ayuda a gestionar los aspectos técnicos, políticos, sociales y financieros, entre otros, que amenazan la salvaguardia del patrimonio audiovisual.