Mientras se repartían los bollos a todos los presentes, regados por el dulce néctar de la sidra y que en un momento de la tarde, los participantes tuvieron que luchar y guarecerse bajo los soportales debido a la tormenta que azotó Azuqueca en la tarde del sábado, aunque las plegarias a la Santina funcionaron y apenas unos 10 min después volvía a salir el sol pudiéndose seguir con los actos, entre ellos el sonido de las gaitas de la casa.