Las plañideras lloraban desconsoladas y el coro de la Casa de Extremadura tocaba y cantaba las últimas canciones a la sardina, que salía desde el Ayuntamiento en los que sería su último viaje
La comitiva formada por más de 100 personas recorría los metros que separan el edificio consistorial de la Carpa del Centro de Ocio a la que llegaban cantando y llorando los presentes, allí se leería el manifiesto a la finada
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Luego a las llamas de la hoguera donde purgaría sus pecados dando comienzo a la cuaresma.
La casa de Extremadura, como es habitual, fue la encargada de preparar en las brasas algo más 300 kg de sardinas que transformadas en raciones, raciones contundentes, llegaron a 500 almas que disfrutaron de ellas en las mesas de la carpa.
Las sardinas que sobran de este evento son transformadas en perdigachos por los extremeños de la Casa de Extremadura, ¿Qué que son los perdigachos?, no se pierdan un próximo reportaje de esta casa en la que se lo contaremos, con todo detalle